La miel fue el edulcorante original, conocido y consumido por nuestros antepasados desde tiempos inmemoriales. Es adecuado para el consumo inmediato en su estado crudo, a diferencia de cualquier otro edulcorante importante, y solo requiere la habilidad o la imprudencia de robárselo a las abejas. En su estado puro, la miel no fermentará, pero la fermentación puede ocurrir por accidente o ser inducida deliberadamente.
¿Sabías que la miel no es lo único que hacen las abejas? Las abejas también producen un compuesto llamado propóleos a partir de la savia de los árboles de hoja perenne o de hojas de aguja. Cuando combinan la savia con sus propias secreciones y cera de abejas, crean un producto pegajoso de color marrón verdoso que se usa como recubrimiento para construir sus colmenas: éstos son los propóleos.
El polen lo elaboran las propias abejas a partir del polvillo fino que recogen de las flores, que luego mezclan con néctar y miel de su panal, El polen tiene una apariencia en forma de gránulos amarillos o anaranjados que puede consumir en grano, polvo o en cápsulas en forma de suplemento. Destacado por las proteínas, hormonas y las vitaminas que aportan numerosos beneficios para nuestro organismo.
La apitoxina es un veneno secretado por las abejas, esta sustancia es empleada por algunas especies de abejas obreras como medio de defensa contra algunos predadores o para el combate entre abejas.